viernes, 19 de julio de 2013

William Guillén Padilla

Sara

—Sara es mi corazón andante: faro,montaña, estrella, camino. Sara es mi alma en paz conmigo. Sara es Sara: amanecer,puente, puerta. Eso ni el comienzo es,pues Sara es Sara: mi hija pequeñita que rompe en llanto sobre mis brazos cuando le digo que su papá falleció en la guerra...¡Oh, padre, deme una penitencia para ser perdonada por semejante mentira!
—¿Tienes algo más que decir en esta confesión, hija mía?
—Sí, padre, realmente por lo que vine: Sara es... hija suya.
El confesor mira sin asombro a Patricia,quien presurosa se incorpora y atraviesa el templo para alcanzar la calle donde la espera Sara.
“Esto será un secreto más para sufrir”,piensa el viejo cura, buscando en su prodigiosa memoria los detalles de su primer cumpleaños en su nueva parroquia: los ocho botellones de vino añejo, la alegría de su corazón y la única vez que incumplió sus votos de castidad. Inmediatamente imagina la carta que escribirá a su obispo, explicando el porqué de su renuncia.
Patricia, por su parte, abraza a Sara, suspira y siente un gran alivio: el Día delos Inocentes ha tenido un buen comienzo.

Los escritos del Oidor (2006).




William Guillén Padilla 
(Hualgayoc, Perú, 1963)

Ha publicado libros de poesía (Soliloquios de Homo sapiens, 2004; Planetario Astral, 2009;  Memoria del Yo Habitante, 2010; Haikus de Kokín, 2013), minificción (Los Escritos del Oidor, 2006; Lo que Yo Barman oí, 2009; Cuaderno de Almanaquero, 2011; 77+7 nanocuentos, 2012; Historias heredadas, 2013; Mínimos de Kokín, 2013), cuento (Actos & Relatos, 2009; Retorno en tiempo real y siete cuentos más, 2013) y una antología personal (Microcuentos, 2011). Es considerado uno de los escritores más prolíficos e importantes de la minificción peruana contemporánea. 








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