Sara
—Sara es mi corazón
andante: faro,montaña, estrella, camino. Sara es mi alma en paz conmigo. Sara es
Sara: amanecer,puente, puerta. Eso ni el comienzo es,pues Sara es Sara: mi hija
pequeñita que rompe en llanto sobre mis brazos cuando le digo que su papá
falleció en la guerra...¡Oh, padre, deme una penitencia para ser perdonada por
semejante mentira!
—¿Tienes algo más que
decir en esta confesión, hija mía?
—Sí, padre, realmente por
lo que vine: Sara es... hija suya.
El confesor mira sin
asombro a Patricia,quien presurosa se incorpora y atraviesa el templo para
alcanzar la calle donde la espera Sara.
“Esto será un secreto más
para sufrir”,piensa el viejo cura, buscando en su prodigiosa memoria los
detalles de su primer cumpleaños en su nueva parroquia: los ocho botellones de
vino añejo, la alegría de su corazón y la única vez que incumplió sus votos de
castidad. Inmediatamente imagina la carta que escribirá a su obispo,
explicando el porqué de su renuncia.
Patricia, por su parte,
abraza a Sara, suspira y siente un gran alivio: el Día delos Inocentes ha tenido
un buen comienzo.
Los escritos del Oidor (2006).
William Guillén
Padilla
(Hualgayoc, Perú, 1963)
Ha publicado libros de poesía (Soliloquios de Homo sapiens,
2004; Planetario Astral, 2009; Memoria del Yo Habitante,
2010; Haikus de Kokín, 2013), minificción (Los Escritos del Oidor,
2006; Lo que Yo Barman oí, 2009; Cuaderno de Almanaquero, 2011; 77+7
nanocuentos, 2012; Historias heredadas,
2013; Mínimos de Kokín, 2013), cuento (Actos & Relatos,
2009; Retorno en tiempo real y siete cuentos más, 2013) y una antología personal (Microcuentos,
2011). Es considerado uno de los escritores más prolíficos e importantes
de la minificción peruana contemporánea.