El último dinosaurio
a R.O.
Fue necesario un solo corte. El cuchillo era grande y afilado.
Lorena, desde pequeña supo que existían, y conocerlos fue inevitable. La primera exhibición de un dinosaurio le fue hecha por su padre adoptivo; luego vinieron otros y otros más. A corto plazo fue una jauría de ellos que la acosaban a toda hora y en cualquier lugar. Ella odiaba los ridículos animalejos de cuello largo que habían convertido su vida en un eterno huir.
Decidió que esta vez sería el último y con la fuerza que le daba la furia fue necesario un solo y certero corte.
El hombre con los ojos desorbitados, por el dolor y el ultraje, no vio cómo ella sonreía con inocencia al pensar, que al fin y al cabo, los dinosaurios eran una especie en extinción.
El último dinosaurio y otros cuentos (2000).
María Isabel Quintana
(Chile)
Ha publicado El último dinosaurio & otros
cuentos (2000). Ha sido
antologada en Cien microcuentos chilenos compilada por Juan Armando
Epple. En 1999 obtuvo la Beca de Creación
Literaria del Consejo
Nacional del Libro y la Lectura.
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